• El proyecto busca también “visibilizar” la transición de estas mujeres

 El Proyecto Esperanza-Adoratrices ha lanzado la campaña ‘Llaves del futuro’ con el objetivo de recaudar 3.000 euros para financiar las becas de vivienda de 10 mujeres víctimas de Trata que, tras meses de proceso, abandonan el proyecto para retomar su autonomía.

«Para ellas es un sueño disponer de su propia vida, poder elegir, buscar su propio camino, seguir luchando por su proyecto», explica Antonio Rivas, coordinador de formación del proyecto Esperanza. Con la campaña se apoyará con 300 euros el primer mes de alquiler de cada mujer. «Las llaves de su vivienda se convierten en el primer objeto que simboliza la conquista de su libertad», añade.

 Así, desde el 20 de diciembre hasta el 10 de enero, voluntarios, simpatizantes y colaboradores pueden realizar sus aportaciones a través de la Plataforma Mi grano de Arena para ayudar a estas mujeres que «ya no son víctimas, son supervivientes y luchan por ser ciudadanas», añade Rivas.

Además, desde el proyecto Esperanza resaltan que la campaña no sólo busca «recaudar» sino «hacer visible» ese momento clave de transición. «Llega el momento de salir por la puerta con todo ese equipaje vivencial, y afrontan las mismas dificultades que cualquier otra persona que se emancipa, buscar piso, afrontar sus primeros meses de alquiler, etc», según concluye Rivas.

Proceso de emancipación

El Proyecto de Autonomía es un proceso de atención y preparación de mujeres víctimas de la trata que precisan de un acompañamiento individual de apoyo personal, integral y compensador que favorezca el desarrollo y garantice la autonomía personal con el fin de favorecer su futura vida independiente.

«Queremos que las mujeres aprendan a desenvolverse en la vida desde un marco cultural, a tomar sus propias decisiones, a encontrar un empleo que les ayude a adquirir y desarrollar su propia autonomía, con el que puedan integrarse en la sociedad, y a que asuman gradualmente, de acuerdo a sus capacidades, las responsabilidades en la vida diaria, tanto a nivel personal, familiar como social y laboral», según explica la responsable de Intervención Directa, Iris Rodríguez.

El propósito fundamental es el de facilitar y apoyar la integración de mujeres víctima de la trata de seres humanos en la comunidad, apoyando el uso de los recursos normalizados. Favorecer habilidades relacionadas con la utilización adecuada de los recursos de la comunidad, como utilizar el transporte u otros servicios públicos, comprar en tiendas, participar en la vida social, etc.

El proyecto Esperanza

Este proyecto es la respuesta de la Congregación de Religiosas Adoratrices al problema de la trata de mujeres en España, quienes desde 1999 desarrollan un programa de apoyo integral para mujeres víctimas de la trata de seres humanos con fines de explotación, principalmente en la prostitución y también en el servicio doméstico, matrimonios serviles, trabajos forzados u otros en condiciones de esclavitud.

“Esperanza” cuenta con un equipo multidisciplinar de profesionales que considera la trata de personas una violación de los derechos humanos conformado por abogadas, educadoras, trabajadoras sociales, mediadoras interculturales, psicólogas, etc.

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