• Los interesados deberán inscribirse antes del próximo 15 de diciembre en esta dirección: http://becas.fundaciononce.es/
  • Las prácticas en empresas serán del 1 de febrero al 31 de diciembre de 2018
  • El plan supone una inversión máxima de 540.000 euros con un importe de 1.800 euros por beca

Un total de 300 alumnos con discapacidad de toda España podrán acceder a una de las becas de prácticas para estudiantes universitarios con discapacidad, gracias a un acuerdo entre Fundación ONCE y Crue Universidades Españolas que cuenta con la cofinanciación del Fondo Social Europeo en el marco del Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social 2014-2020.

Los interesados en optar a una de estas becas pueden inscribirse hasta el próximo 15 de diciembre en la web habilitada por Fundación ONCE a tal efecto: http://becas.fundaciononce.es/. El período de prácticas comenzará el 1 de febrero de 2018 y podrán desarrollarse hasta el 31 de diciembre de 2018.

El programa, denominado ‘Becas-Prácticas Fundación ONCE-Crue Universidades Españolas’, promueve la realización de prácticas académicas externas a alumnos con discapacidad, a los que se facilita su acceso a una primera experiencia laboral. De este modo, pretende mejorar sus oportunidades laborales y su carrera profesional.

El plan supone una inversión máxima de 540.000 euros con un importe de 1.800 euros por beca. El periodo de las prácticas será de tres meses, ampliable a seis a instancias de la empresa, y podrán desarrollarse en grandes empresas, pymes, microempresas, entidades de la Economía Social y del tercer sector, así como en otras instituciones y entidades públicas o privadas.

El objetivo del Programa es complementar la formación universitaria de los estudiantes, acercarles al ámbito profesional, facilitarles una primera experiencia laboral y, al mismo tiempo, reforzar el compromiso de las empresas en la contratación de personas con discapacidad.

La segunda Convocatoria del Programa se desarrolla durante el curso académico 2017/2018 y las prácticas en empresa o entidad participante podrán realizarse hasta el 31 de diciembre de 2018.

Tendrán una duración de 3 meses consecutivos en jornadas de 25 horas semanales con el horario pactado entre la empresa y el estudiante, garantizando la compatibilidad con los compromisos de la actividad académica que ha de desarrollar el alumno en la universidad.

Las empresas y entidades participantes deberán asegurar los mecanismos y procedimientos necesarios para garantizar una experiencia positiva, tales como asegurar la accesibilidad del puesto o asignar un tutor responsable.

Podrán beneficiarse de este programa de prácticas en empresas los alumnos universitarios que tengan una discapacidad reconocida igual o superior al 33%; estén matriculados en cualquier enseñanza oficial o propia de grado y/o máster impartida por la Universidad o por los Centros adscritos participantes, y que tengan superados créditos suficientes del correspondiente título universitario. Se priorizará a los estudiantes de último curso y no podrán mantener relación contractual de tipo laboral, de prestación de servicios o asimilable en el momento de disfrutar de la beca.

Formación y Empleo

En este sentido, el estudio sobre ‘La empleabilidad de los estudiantes y titulados universitarios con discapacidad’, elaborado por Fundación ONCE y la UNED, indica que sólo el 7,5% de los alumnos con discapacidad habían realizado prácticas extracurriculares relacionadas con sus estudios y que sólo el 34,5% conocía dentro de su universidad el servicio de orientación e inserción laboral. También se constata el desconocimiento del tejido empresarial sobre el talento de las personas con discapacidad, ya que la mayoría de las empresas mantienen prejuicios que dificultan las prácticas a estudiantes con discapacidad.

Los datos de ODISMET revelan, además, la situación de discriminación aún existente para las personas con discapacidad en el mercado laboral. El colectivo parte de una tasa de población activa de sólo el 38% y sufre un paro de 32,2%. La mayoría de los empleos se crean en ocupaciones del sector formativo bajo o medio. Sin embargo, el nivel de estudios es un factor determinante en la integración laboral de las personas con discapacidad, ya que la tasa de población activa aumenta notablemente cuando hay un mayor nivel de estudios (57%).

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