• La actividad física reduce la mortalidad asociada con la discapacidad física en ancianos, según un estudio dirigido desde la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en el que participaron más de 3.500 adultos mayores españoles
  • El estudio mostró que ser físicamente activo se asoció con una reducción del 26-37% de la mortalidad general y del 35-50% de la mortalidad cardiovascular en todos los tipos de discapacidad física

Las personas mayores con discapacidad pueden mejorar mucho su salud haciendo de forma regular actividad física adaptada a sus posibilidades. Así lo demuestra un estudio dirigido desde la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en el que participaron más de 3.500 adultos mayores españoles.

Hasta ahora se sabía que la actividad física regular previene la discapacidad física en los ancianos, pero se desconocía si una vez se padecía discapacidad la actividad física podría atenuar sus perjuicios para la salud.

En un trabajo publicado en la revista Journal of Gerontology: Medical Sciences, dirigido desde la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), un equipo investigó si hacer actividad física regular podría reducir la mortalidad total y por enfermedad cardiovascular en las personas mayores con discapacidad física.

Según explican los autores, “el estudio incluyó 3.752 personas representativas de la población de 60 años o más en España, participantes en la Cohorte UAM. Además de valorar la actividad física que hacían, también se determinaron cinco tipos de discapacidad física: agilidad, movilidad, actividades diarias globales, actividades para atender las necesidades de la casa y actividades de autocuidado. A estas personas se les siguió desde el año 2000 hasta la actualidad para determinar la mortalidad y su causa.”

Los resultados muestran que todos los tipos de discapacidad física se asociaron con mayor mortalidad por cualquier causa y por enfermedad cardiovascular. Sin embargo, ser físicamente activo se asoció con una reducción del 26-37% de la mortalidad general y del 35-50% de la mortalidad cardiovascular en todos los tipos de discapacidad física.

“Otra buena noticia fue que la mortalidad fue similar en las personas físicamente activas con discapacidad y en las personas físicamente inactivas sin discapacidad”, afirma David Martínez, investigador de la UAM y primer firmante del estudio.

Estos resultados indican que las personas mayores con discapacidad pueden mejorar mucho su salud haciendo de forma regular actividad física adaptada a sus posibilidades.

“La discapacidad física es muy frecuente en el adulto mayor. Por ejemplo, alrededor del 40% de las personas de más de 60 años tiene alguna limitación de la movilidad. Por ello, son también muchas las personas mayores que pueden beneficiarse haciendo algo de actividad física”, agrega Martínez.

El trabajo fue realizado por investigadores del departamento de Educación Física, Deporte y Motricidad Humana de la UAM, el departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la misma universidad, el CIBER de Epidemiología y Salud Pública, el IMDEA Alimentación, y la Agencia de Salud de la Toscana (Florencia).

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