• Expone utensilios históricos utilizados para comunicarse en la vida cotidiana, y se mostrará cómo lo hacen con las nuevas tecnologías.

(Madrid).- El Museo Tiflológico de la ONCE presenta un espacio dedicado a las personas sordociegas. En él, se expondrá un conjunto de utensilios utilizados, a lo largo de la historia, para la comunicación con los demás.

Gemma León, consejera general de la ONCE, María José Sánchez Lorenzo, coordinadora del Museo Tiflológico, Eugenio Romero, responsable de la Unidad de Sordoceguera, que ha mostrado cómo se comunican en la actualidad las personas sordociegas a través de las tecnologías, y varias personas sordociegas, acompañadas por sus mediadores, han presentado este espacio durante un acto hoy viernes, 29 de junio, en el Museo Tiflológico de la ONCE (calle La Coruña, 18. Madrid).

La sordoceguera es una única discapacidad que resulta de la combinación de dos deficiencias sensoriales (visual y auditiva), provocando problemas de comunicación únicos y necesidades especiales derivadas de la dificultad para percibir de manera global, conocer y, por tanto, interesarse y desenvolverse en el entorno.

Este espacio que el Museo Tiflológico dedica a las personas sordociegas expone unas Tablillas de comunicación, rectangulares, realizadas en zinc y clavadas sobre una base de madera, que contienen el abecedario en braille. Fueron utilizadas en el Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Madrid.

También se puede ver un libro con el alfabeto de personas sordomudas y ciegas, realizado en plástico, de forma artesanal, en 1950, por la Imprenta Nacional Braille. En cada una de las hojas aparece una letra en caracteres visuales y una mano formando la misma letra en el alfabeto dactilológico, con puntos en relieve.

La Máquina Tellatouch es otro de los utensilios expuestos. Permite la comunicación entre una persona vidente o ciega y una persona sordociega que puede leer braille. La máquina cuenta con una placa metálica con una celda Braille, en la que la persona sordociega apoya un dedo, mientras los vástagos de cada letra se elevan para formarla dentro de la celda braille. Este sistema, mediados de 1940, fue desarrollado por la Fundación Americana Braille.

Finalmente, se muestra un Óptacon (acrónimo de Optical Tactil Converter), método de lectura ideado en la Universidad de Stanford (California), en 1970. Consta de una cámara conectada a un sistema óptico con dos lámparas que iluminan el texto que se quiere leer, y una retina separable, formada por 144 fototransistores, por los que se obtienen las imágenes de las letras. Se pasa la cámara por el texto y aparecen las letras en relieve en una placa táctil.

La persona con sordoceguera tiene más restringidos los estímulos que si tuviera limitaciones en uno solo de los sentidos. Por eso, es necesario poner en práctica otras metodologías, tanto en la educación de los niños como en la habilitación y rehabilitación de los jóvenes y los adultos, basadas en el aprovechamiento no sólo de los posibles restos de vista y oído, sino también de los demás sentidos, fundamentalmente el tacto.

La Fundación Once para la Atención de Personas con Sordoceguera (FOAPS), es una Fundación de carácter asistencial creada a instancias de la ONCE, y constituida el 20 de julio del 2007. Tiene como fin promover el desarrollo de programas dirigidos a la atención de las necesidades específicas de las personas con sordoceguera, poniendo particular interés en los relacionados con la educación y el empleo, al objeto de procurar la integración socio-laboral y mejorar la calidad de vida de estas personas.

Museo Tiflológico de la ONCE.- El Museo Tiflológico (http://museo.once.es) es un espacio accesible, donde se emplean, como canales de entrada de la información, el tacto y el oído, junto a la vista. En sus salas se muestran cuatro colecciones: la de maquetas de monumentos arquitectónicos, la de obras de artistas con discapacidad visual grave, la de material tiflológico y la de libros en braille y otros sistemas de escritura anteriores a la creación de la ONCE. Se inauguró el 14 de diciembre de 1992 y es un espacio concebido para que sus visitantes puedan ver y tocar las piezas, aunque lo que realmente lo hace original es el hecho de ser un museo que nace por decisión de sus usuarios. En él se exhibe el patrimonio cultural de la ONCE y se desarrollan los programas de exposiciones temporales de obras de artistas ciegos y de extensión museística a través de la exposición itinerante de sus fondos.

 

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