• Desde Sanidad se aconseja prevenir la transmisión del virus con medidas higiénicas como el lavado frecuente de manos. 
  • Los antibióticos no son efectivos frente a la gripe por ser una enfermedad vírica, y su uso puede crear resistencias a estos fármacos.

(Madrid).- Ante el inicio de las campañas de vacunación de la gripe por parte de las Comunidades Autónomas, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud recomienda la vacunación frente a esta enfermedad a las personas mayores, preferentemente a partir de los de 65 años de edad y otros grupos de riesgo, a partir de la tercera semana del mes de octubre.

Sanidad quiere recordar que la vacunación es una de las medidas de salud pública más eficaces para prevenir la aparición de enfermedades e incluso la muerte en algunos casos. En concreto, la vacunación antigripal es la medida más efectiva para evitar la aparición de complicaciones causadas por el virus de la gripe en las personas que tienen un mayor riesgo de adquirirla.

La gripe es una enfermedad respiratoria aguda causada por un virus, por lo que los antibióticos no resultan efectivos para combatirla y su uso puede crear resistencias a estos fármacos.

La gripe es una enfermedad de curso agudo cuya máxima incidencia se observa en otoño e invierno. El período de incubación es de 48 horas con una variación entre uno y siete días. Se transmite por el aire al toser y estornudar.

Los principales síntomas son fiebre de hasta 39ºC, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares, estornudos, tos intensa y persistente, rinorrea, lagrimeo y faringitis leve. Los síntomas de la gripe pueden confundirse con los de otras patologías respiratorias, como el catarro común, por lo que se recomienda consultar al médico de Atención Primaria o al pediatra. Es una enfermedad autolimitada con una evolución de cinco a siete días, aunque algunos de los síntomas pueden durar entre dos y tres semanas.

La vacunación es la medida más eficaz para prevenir la gripe y sus complicaciones. Son también fundamentales Las medidas higiénicas para disminuir la transmisión, destacando entre ellas:

  • Taparse la boca al toser o al estornudar, preferiblemente con pañuelos desechables.
  • Lavarse con frecuencia las manos, sobre todo después de haber tosido o estornudado.
  • Procurar no reutilizar los pañuelos empleados al estornudar o limpiar las secreciones nasales.

El Sistema Nacional de Salud proporcionará las vacunas de manera gratuita a las personas incluidas en los grupos de población recomendados. Los grupos técnicos del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud recomiendan vacunar a los siguientes grupos:

  1. Personas mayores, preferentemente a partir de los 65 años de edad. Se hará especial énfasis en aquellas personas que conviven en instituciones cerradas.
  • Personas con menos de 65 años que presentan un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe:
  1. Menores (a partir de los 6 meses) y adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares (excluyendo hipertensión arterial aislada) neurológicas o respiratorias, incluyendo displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística y asma.
  2. Menores (a partir de los 6 meses) y adultos con:
  • diabetes mellitus
  • obesidad mórbida (índice de masa corporal ≥40 en adultos, ≥35 en adolescentes o ≥3 DS en la infancia)
  • enfermedad renal crónica y síndrome nefrótico
  • hemoglobinopatías y anemias
  • hemofilia y trastornos hemorrágicos crónicos, así como receptores de hemoderivados y transfusiones múltiples
  • asplenia
  • enfermedad hepática crónica, incluyendo alcoholismo crónico
  • enfermedades neuromusculares graves
  • inmunosupresión (incluida la originada por la infección por VIH, por fármacos –incluyendo tratamiento con eculizumab- o en los receptores de trasplantes)
  • cáncer y hemopatías malignas
  • implante coclear o en espera del mismo
  • fístula de líquido cefalorraquídeo
  • enfermedad celíaca
  • enfermedad inflamatoria crónica
  • trastornos y enfermedades que conllevan disfunción cognitiva: síndrome de Down, demencias y otras.

En este grupo se hará un especial énfasis en aquellas personas que precisen seguimiento médico periódico o que hayan sido hospitalizadas en el año precedente.

  1. Menores entre los 6 meses y los 18 años de edad, que reciben tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye tras la gripe.
  • Personas de cualquier edad institucionalizadas de manera prolongada.
  • Mujeres embarazadas en cualquier trimestre de gestación.

3.- Personas que pueden transmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar complicaciones:

  • Personal de los centros, servicios y establecimientos sanitarios, tanto de atención primaria como especializada y hospitalaria, pública y privada. Se hará especial énfasis en el personal que atiende a pacientes de algunos de los grupos de alto riesgo anteriormente descritos.
  • Personas que trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos crónicos, especialmente los que tengan contacto continuo con personas vulnerables.
  • Estudiantes en prácticas en centros sanitarios.
  • Personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o mayores.
  • Personas que conviven en el hogar, incluidos los menores a partir de los 6 meses de edad, con otras que pertenecen a algunos de los grupos de alto riesgo, por su condición clínica especial (citados en el punto 2).

4.- Otros grupos en los que se recomienda la vacunación:

  • Personas que trabajan en servicios públicos esenciales, con especial énfasis en los siguientes subgrupos:
  • Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con dependencia nacional, autonómica o local.
  • Bomberos.
  • Servicios de protección civil.
  • Personas que trabajan en los servicios de emergencias sanitarias.
  • Personal de instituciones penitenciarias y de otros centros de internamiento por resolución judicial (incluyendo centros de acogida de inmigrantes).

Personas con exposición laboral directa a aves domésticas o a cerdos en granjas o explotaciones avícolas o porcinas y también a aves silvestres. La finalidad es reducir la oportunidad de una infección concomitante de virus humano y aviar o porcino, disminuyendo la posibilidad de recombinación o intercambio genético entre ambos virus.

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