(Segovia).- Los pacientes crónicos complejos constituyen aproximadamente un 5% de la población en España siendo, en su mayoría, mujeres de edad avanzada, con múltiples afecciones crónicas, con una mala percepción de su salud y susceptibles de presentar dificultades en la atención sanitaria. Además, suelen estar polimedicados, tomando más de cinco principios activos de forma ininterrumpida.

Este grupo de pacientes crónicos complejos supone un consumo que puede llegar hasta el 50% de los recursos sanitarios en España. Además, la atención a estos pacientes condiciona la mayor parte de las consultas de Atención Primaria y son el grupo que genera la mayor proporción de ingresos urgentes o no programados en los hospitales.

Así, se estima que las hospitalizaciones evitables afectan más a los ancianos, probablemente por ser más frágiles y por su carga de enfermedad crónica, según indican los datos nacionales publicados en el Atlas de Variaciones en la Práctica Clínica. Son más frecuentes en algunas áreas sanitarias que en otras y reflejan, en ocasiones, problemas estructurales de los diferentes niveles asistenciales debidos a la fragmentación de la asistencia.

Para abordar, debatir y reflexionar sobre estos datos y sobre los aspectos clínicos en torno a las enfermedades crónicas más frecuentes en nuestro país, la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) ha celebrado en Segovia, durante los días 4 y 5 de octubre, la VII Reunión de Pacientes Crónicos Complejos.

Según indica el doctor Ignacio Vallejo, coordinador del Grupo del Paciente Pluripatológico y Edad Avanzada de la SEMI, “la atención a la cronicidad sigue siendo un reto para el futuro de nuestro sistema sanitario. De hecho, en los últimos años se están desarrollando diferentes estrategias para la atención de los pacientes crónicos complejos que, en su mayoría, proponen cambios organizativos en Atención Primaria y en la forma en la que los profesionales deben interaccionar en el hospital”.

En este sentido, se hace hincapié en la necesidad de modificar el modelo de atención de los hospitales hacia otras formas que eviten la atención fragmentada del paciente durante la hospitalización, atiendan las otras vulnerabilidades que acompañan a la persona y faciliten mejores resultados en salud.

“Una de las líneas propuestas por expertos en gestión clínica es la posibilidad de vertebrar el hospital hacia una dualidad: por un lado, orientar a atención de los pacientes que lo requieran hacia procesos agudos bien tipificados y, por otro, a los pacientes con alta complejidad; algo que ya se ha implantado en alguna experiencia a nivel nacional”, expone el doctor.

La Medicina Interna representa un papel clave a la hora de implantar estas modificaciones en la atención a los pacientes crónicos. “Junto con otros especialistas, los internistas debemos tomar partido en el establecimiento del modelo futuro de atención incluyendo formas de manejo ambulatorio que primen la atención del paciente en su domicilio, si el nivel de cuidados lo permite”, asevera el doctor Ignacio Vallejo.

Atención a las patologías prevalentes en pacientes crónicos complejos

Los pacientes crónicos complejos suelen presentar enfermedades con síntomas persistentes, reagudizaciones y sin cura, siendo la EPOC y la insuficiencia cardiaca algunas de las patologías más frecuentes que padecen. Esta realidad les obliga a mantener un contacto frecuente con el sistema sanitario y a asumir cargas, no solo derivados de su enfermedad, sino también del tratamiento y el impacto que suponen sus problemas de salud en la persona cuidadora y en las familias.

Ante esta situación “los profesionales tenemos que evaluar las capacidades de estos pacientes para desarrollar estrategias que orienten a que la persona conozca bien su enfermedad, aprenda a distinguir síntomas de descompensación y sea capaz de dar una oportuna respuesta a estas reagudizaciones bajo la supervisión del equipo de profesionales que habitualmente les atendemos, tanto en Atención Primaria como en los hospitales”, insiste el especialista.

Por su parte, la diabetes afecta a más de un tercio de la población mayor de 75 años estando, por tanto, muy relacionada con el envejecimiento y la cronicidad. “El abordaje de la diabetes requiere una visión integral de la persona que la padece, ya que hay que tener en cuenta lo que genera en los diferentes órganos y su predisposición hacia una mayor fragilidad y deterioro cognitivo en estos pacientes”, explica el doctor Ignacio Vallejo.

 

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