(Madrid).- El artista con baja visión José Miguel González (Madrid, 1961), ofrece una muestra de sus pinturas en la exposición ‘Paisaje en la mirada’, que acogerá el Centro Sociocultural Montecarmelo (Avda. Santuario de Valverde, 114) de Madrid, del 5 al 27 de marzo. Podrá visitarse de lunes a sábado, en horario de 9.00 a 15.00 h. y de 16.00 a 21.00 h., y los domingos, de 10.00 a 15.00 horas.

“Bien podrían ser paisajes no por su paradójica condición de que no puedan ser vistos o pasen desapercibidos, casi inexistentes. No por no ser captados en mi retina dejan de estar plasmados en el papel, sino que están reinventados del recuerdo de cuando podía ver…”. De esta manera, presenta el propio autor su obra, un conjunto de acuarelas, 32 concretamente en esta exposición, con el paisaje como protagonista de todas ellas.

Pero se trata de un paisaje reflejado más a través del color que de la propia forma, ya que José Miguel pinta desde el recuerdo de cuando él podía ver, en su obra pesa más la imaginación que la plasmación de la fiel realidad. “Pinto sin ver y no puedo estar sin pintar. Y, cómo no, la carga sentimental impregna los pinceles con la impronta de los recuerdos retenidos en mi mente”, escribe el pintor.

Además de varias salas de Madrid, entre ellas el Museo Tiflológico de la ONCE (en el que dos de sus pinturas están expuestas de forma permanente), su obra ha recorrido ya numerosos lugares de España como Valencia, Cádiz, Girona, A Coruña, Burgos Soria, Ávila o León. Pero también ha traspasado nuestras fronteras, llegando hasta Uruguay, Italia o EE.UU.

Profesionalmente, José Miguel forma parte de la plantilla actual de Ilunion Facility Services, la rama empresarial del grupo Ilunion encargada de una amplia gama de servicios.

Aficionado, autodidacta y sin una disciplina concreta

Tras años entregado profesionalmente al mundo del fotoperiodismo, fue en el 2000 cuando José Miguel González sufrió una enfermedad degenerativa en ambos ojos que le apartó de los objetivos y las cámaras. Tras intentar buscar una afición con la que ocupar el tiempo, compatible con su escasa visión, la pintura fue un aliciente motivador.

Autor trabajando.

A pesar de conservar solo en un ojo algo de su visión periférica, José Miguel se vale de pequeños trucos y artilugios para realizar su labor artística (entre ellos, unas lupas proporcionadas por la ONCE, a la que está afiliado desde hace años). Una obra que realiza de forma aficionada, autodidacta y sin haber adquirido una disciplina concreta. “Aprendo de lo que veo”, asegura el autor.

José Miguel González es un artista minucioso preocupado por los pequeños detalles y matices del paisaje, matices que se observan ante todo en las atmósferas amplias tratadas con gran dominio del color. Sin renunciar ni esconder su condición de pintor con discapacidad visual, reivindica que su limitación es solo una situación circunstancial, casual y para el asunto de contemplar su obra, una circunstancia absolutamente intrascendente.

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