(Madrid).- La inauguración de las jornadas ha estado presidida por la historiadora Ana Rodríguez, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, por el director del Centro de Estudios del Románico de la Fundación, Jaime Nuño, y el coordinador del programa de cursos de la entidad, Pedro Luis Huerta, quien ha destacado la “singularidad del románico español” dentro de su estilo, lo que lo convierte en “uno de los más ricos de Europa”, no sólo por la cantidad de testimonios conservados sino también por la calidad de muchos de ellos.

“En ese variado y extenso catálogo de obras -ha explicado Huerta- sobresalen algunos edificios con particularidades propias y específicas”. Obras emblemáticas que “a pesar de haber sido objeto de numerosísimos estudios”, todavía plantean incógnitas que se intentarán desvelar en este encuentro, utilizando para ello metodologías y enfoques actualizados.

Dos de estos edificios, son las catedrales “viejas” de Santiago de Compostela y de Salamanca, que han sido las protagonistas de la primera jornada, a través de las ponencias del catedrático de arte antiguo y medieval en la Universidad Autónoma de Madrid, Isidro Bango Torviso, y del investigador del CSIC Antonio Ledesma, respectivamente.

La catedral que “salvó” el Maestro Mateo

En su intervención, Bango Torviso ha querido despojar a la catedral compostelana del “disfraz moderno” que se le confirió con los años, para sacar a la luz la maravillosa fábrica románica que aún conserva y que ha hecho que para la mayoría de los especialistas el edificio gallego se considere como el “arquetipo canónico del estilo”; una arquitectura que alcanzó, en su momento, la “plena madurez”.

En su ponencia, el catedrático puso el acento en un aspecto muy concreto: el fracaso del proyecto original del templo compostelano, que hizo que éste casi se hundiese antes de ser siquiera acabado. Para Bango Torviso, el sesgado estudio del estilo románico induce a una equívoca interpretación de “uno de los arquitectos más importantes de la época”, el Maestro Mateo, cuyos conocimientos técnicos “salvaron el edificio”.

“Se trata de un arquitecto sin complejos, frente al rey y frente al arzobispo, que no duda en proclamar su genial magisterio por el milagro realizado en la catedral. No es extraño que la fantasía legendaria, verdadera o falsa, lo identifique como “Santo dos Croques”, explicó Bango Torviso.

Puesta en valor de la ‘Catedral Vieja’ de Salamanca

Tras esta primera ponencia, el investigador del CSIC Antonio Ledesma, abordó algunos de los aspectos más relevantes “y menos divulgados” de la ‘Catedral Vieja’ de Salamanca. A su entender, el recinto medieval ha sido eclipsado por la ciudad renacentista y barroca, pero cuenta con una serie de características que hacen de él un conjunto singular, aunque escasamente conocido en los estudios generales dedicados al románico hispano en su evolución hacia el gótico”.

Por este motivo, Ledesma no se limitó a exponer los rasgos esenciales del complejo catedralicio, sino que quiso “destacar aquellos factores que permiten abordarlo como un ente vinculado al entorno y a la sociedad que lo construye y lo interpreta”. Para ello, profundizó en aspectos como la ‘prehistoria’ del edificio, los antecedentes humanos y materiales que lo hicieron posible, así como cuestiones relacionadas con el entramado urbano del entorno -aproximación al barrio de canónigos, palacio episcopal y alberguería-, los materiales empleados o sus fuentes de financiación.

También prestó especial atención al principio funcional y simbólico de la icónica ‘Torre del Gallo’ -representación seleccionada como imagen de las jornadas – y expuso algunas de las investigaciones y los resultados más punteros llevados a cabo hasta la fecha gracias a la aplicación de tecnologías avanzadas, como georradares, cámaras endoscópicas, microscopía electrónica o modelado 3D.

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