(Madrid).- La displasia broncopulmonar es una enfermedad crónica que puede condicionar alteraciones en la función pulmonar a largo plazo. Se puede originar por muchos factores, pero su desencadenante principal es el parto muy prematuro. Su incidencia ha ido aumentando en los últimos años de forma paralela al incremento en la supervivencia de los niños que nacen de forma prematura, aunque cada vez los casos son menos graves.

Con el objetivo de ayudar a los padres y madres de niños con displasia broncopulmonar, el Grupo Español de Investigación en Displasia Broncopulmonar (GEIDIS) y la Fundación IMAS han elaborado un manual práctico que pretende ayudarles a entender este proceso y facilitar su labor como cuidadores que está ya disponible en las páginas web de ambas entidades.

El manual ha sido elaborado por especialistas en Neonatología y Neumología Pediátrica de toda España y cuenta con información práctica sobre la patología, así como consejos prácticos y útiles para los cuidados tras el alta hospitalaria, vacunación en estos menores, oxigenoterapia y otros avances terapéuticos.

“El objetivo de este documento es ofrecer a las familias de niños prematuros con esta patología una completa guía de la mano de los mejores especialistas en displasia broncopulmonar que les ayudará a tener un mejor conocimiento y las herramientas adecuadas para hacer frente al diagnóstico de sus hijos una vez que reciben el alta del hospital”, señala el Dr. Manuel Sánchez-Luna, presidente de GEIDIS así como de la Sociedad Española de Neonatología y jefe de servicio de esta especialidad en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

Como destacan los autores del manual, en la mayoría de los casos, la función pulmonar de estos prematuros va mejorando progresivamente con el tiempo, hasta poder ir retirándoles al cabo de los meses algunos de los tratamientos que requieren, como el oxígeno. Para muchas de estas familias, la llegada a casa con su bebé supone una situación de mucho estrés y grandes dudas sobre sus cuidados después de muchas semanas y meses en las unidades de neonatos.

Según datos del propio GEIDIS extraídos del primer Registro Nacional de Displasia Broncopulmonar, se calcula que en España unos 1.000 niños nacen al año antes de la semana 28 de gestación. Y como señalan los datos de este registro, el 96% de los casos de displasia broncopulmonar se producen precisamente en este grupo de prematuros (con una edad gestacional media de 27 semanas). La estancia media hospitalaria es de casi tres meses (88 días) y la mortalidad en el ingreso del 2,5%; además, la incidencia de DBP es más severa cuánto más prematuro es el recién nacido.

Por eso, como destaca el Dr. Sánchez-Luna, la nueva guía pone especial énfasis en los cuidados básicos que deben recibir estos niños, con especial atención a sus pulmones, manteniendo siempre que sea posible la lactancia materna, evitando la exposición al humo del tabaco o la contaminación ambiental y previniendo al máximo las infecciones respiratorias.

Los especialistas se refieren a que un bebé tiene displasia broncopulmonar cuando requiere algún tipo de ayuda para respirar durante más de 28 días después de su nacimiento, lo que indica que su desarrollo no ha sido el adecuado para realizar su función respiratoria sin este soporte. Según el grado de ayuda respiratoria necesaria, se puede clasificar la displasia broncopulmonar en grado 1, 2 o 3 de menor a mayor gravedad. Una clasificación que suele ir evolucionando con el tiempo debido a la mejoría que experimentan estos bebés a medida que van alcanzando mayor grado de madurez pulmonar; aunque, como destacan los especialistas, es clave mantener hábitos saludables y evitar cualquier exposición nociva que pueda empeorar la función pulmonar o empeorar su desarrollo.

 

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