El tratamiento antirretroviral inyectable podría resultar igual de efectivo que las terapias actuales contra el VIH, en las que el paciente debe consumir varios comprimidos al día.

En la actualidad, los pacientes infectados por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) no tienen otra opción que ingerir dosis diarias de terapia antirretroviral para inhibir la actividad del virus y, de este modo, evitar complicaciones en su salud.

Aquellos que olvidan tomar esta medicación elevan el riesgo de que el virus ataque, o bien, desarrolle resistencia a los efectos de las píldoras.

Sin embargo, esta situación estaría a punto de cambiar gracias a un tratamiento alternativo que acaba de ser presentado en la Conferencia Internacional de Investigación sobre el Sida, celebrada en París, y publicado en la revista médica The Lancet.

  • Se trata de una inyección mensual con un tratamiento antirretroviral compuesto por dos moléculas.
  • Tras ser aplicado en los pacientes, podríamantener a la raya la infección tal y como lo hacen los comprimidos diarios.

El trabajo fue presentado por el científico Joseph Eron, de la Universidad estadounidense de Carolina del Norte (Estados Unidos).

Este sugiere que los pacientes seropositivos en estado de supresión viral responden positivamente a las inyecciones sin importar si se les suministran cada cuatro u ocho semanas.

Un fármaco inyectable que podría sustituir el tratamiento actual contra el VIH

El tratamiento con comprimidos para el control del VIH permite que el virus quede inactivo y no pueda ser transmitido, aunque no se elimine por completo.

Los pacientes pueden presentar recaídas cuando, por alguna razón, olvidan ingerirlo todos los días, lo cual permite que el virus se reactive.

Los mitos y los hechos del VIH y el sida  

 El SIDA es una de las enfermedades más temidas, lo era en el siglo XX y lo es también en el siglo XXI. Los datos dejan bien claro el problema. Este fármaco inyectable podría volverse una alternativa más cómoda para el control de esta enfermedad, no solo porque se aplica mensualmente, sino porque causa menos estigma que el actual.

Para comprobar su eficacia, los expertos realizaron una investigación en 230 pacientes con VIH, quienes recibieron la inyección de dos moléculas antirretrovirales cada cuatro u ocho semanas durante casi dos años.

Pasado este lapso, el virus continuaba siendo moderado en el 84% del grupo de pacientes tratados con píldoras, el 87% del grupo inyectable por cuatro semanas y el 94% en el grupo de ocho semanas.

La primera molécula utilizada se conoce como cabotegravir y está desarrollada por el laboratorio ViiV Healthcare, donde trabaja David Margolis, uno de los autores del estudio.

La segunda molécula, conocida como rilpivirinaestá siendo desarrollada por el laboratorio Janssen, del grupo Johnson and Johnson.

Tras lograr una alianza, ambos laboratorios lograron resultados muy importantes en el desarrollo del primer tratamiento inyectable de acción prolongada contra el VIH.

Esto, según Paul Stoffels, director científico de Johnson and Johnson:

“Podría ofrecer una alternativa eficaz y aceptable para las personas que alcanzaron una carga viral indetectable pero que tienen dificultades para seguir un tratamiento oral diario para controlar el VIH”. 

No obstante, tal y como ocurre con las píldoras, sería fundamental mantener un seguimiento del tratamiento, dado que podrían aparecer virus resistentes a los antirretrovirales.

“Habrá que elegir entre el confort de no tener que seguir un tratamiento oral y los inconvenientes asociados a un tratamiento antirretroviral de acción prolongada por inyección”, subrayó Mark Boyd, de la universidad australiana de Adelaida en un comentario al estudio.

En cuanto a los efectos secundarios, algunos de los pacientes tratados manifestaron un dolor leve en la zona donde se les aplicó la inyección, mientras que otros sufrieron diarreas y dolores de cabeza.

Por ahora, los responsables de la investigación declaran que los ensayos continúan en curso y se requieren más análisis para confirmar los resultados.

Fuente: Mundo Salud

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