• Lo que permitirá a los menores afectados por Atrofia Muscular Espinal, también conocida como AME, mejorar su calidad de vida y retrasar las complicaciones derivadas de la pérdida de fuerza y movilidad
  • Se trata de la segunda enfermedad neuromuscular más frecuente en la infancia
  • El sistema consiste en unos largos soportes, llamados órtesis, que se ajustan y adaptan a las piernas y al tronco del niño

Los pacientes del hospital maternoinfantil de Sant Joan de Déu de Barcelona contarán con el primer exoesqueleto pediátrico portable del mundo, lo que permitirá a los menores de este centro afectados por Atrofia Muscular Espinal, también conocida como AME, mejorar su calidad de vida y retrasar las complicaciones derivadas de la pérdida de fuerza y movilidad.

Se trata de la segunda enfermedad neuromuscular más frecuente en la infancia, con una incidencia de uno por cada 10.000 bebés nacidos, y no tiene cura.

El sistema consiste en unos largos soportes, llamados órtesis, que se ajustan y adaptan a las piernas y al tronco del niño. Durante un año, los menores seleccionados realizarán tres entrenamientos semanales de una hora, consistentes en caminar usando el exoesqueleto, y se controlarán varios parámetros para determinar si en ese tiempo ha mejorado la calidad de vida del paciente, cómo tolera su cuerpo el uso continuado de este aparato y si realmente se han frenado los efectos secundarios de la atrofia muscular.

«Disponer de este exoesqueleto, diseñado específicamente para niños con AME de tipo 2, es un grandísimo paso que nos va a permitir incidir en todos estos elementos que influyen en su calidad de vida», ha subrayado la jefa del servicio de rehabilitación y medicina física de Sant Joan de Déu, Natalia Rodríguez.

El exoesqueleto ATLAS 2020

El exoesqueleto ATLAS 2020 lo ha desarrollado Marsi Bionics, una extensión (spin-off) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con la empresa de ingeniería, fabricación e integración de sistemas complejos Escribano, siendo fruto  de un trabajo de años que ha supuesto una inversión millonaria. El sistema pesa unos 12 kilos y está fabricado de aluminio y titanio, incluye una serie de motores que imitan el funcionamiento del músculo humano y aportan al niño la fuerza que le falta para mantenerse en pie y caminar.

«Es un robot que se acopla al cuerpo del niño de tal manera que hay una interacción entre la persona y el robot. Es lo que se dice una interacción perfecta: la persona pone lo cognitivo y el robot lo motor», ha destacado la co-fundadora de Marsi Bionics, Elena García, subrayando que tienen una meta por materializar aún más ambiciosa, pues «la idea es que este exoesqueleto se integre en la vida de cada uno de estos niños. Que se levante, se lo ponga, se lo lleve al colegio y tenga una vida autónoma, dentro de las limitaciones que supone la atrofia muscular espinal», apostillaba García, explicando que un reto mayor, «echando mucha imaginación, es que en un futuro, se desarrolle algo dentro del cuerpo, no fuera. Ya hay material biocompatible y se está trabajando en introducir electrónica dentro del cerebro. La tecnología va encaminada a poder introducir esto en el cuerpo».

De momento el hospital Sant Joan de Déu, no será el único centro que contará con este robot pediátrico, se están fabricando siete dispositivos más para ofrecérselos a otros centros y se espera que en el futuro haya un exoesqueleto para cada enfermedad.

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