(Madrid).- El cáncer de ovario es el noveno tumor en incidencia en mujeres, pero el cuarto en relación a la mortalidad, lo que hace que constituya un problema de salud. El hecho de que la supervivencia vaya asociada al estadio en el momento del diagnóstico, y que en torno al 60% de los cánceres de ovario se diagnostiquen en estadios avanzados, hace que todos los esfuerzos por mejorar el diagnóstico estén justificados.

En concreto, en los casos que se diagnostican en estadios III o IV, la supervivencia a 5 años varía entre un 11 y un 37%, mientras que aquellos que son diagnosticados en estadio I o II, ésta se incrementa hasta un 93%. “Es decir, estamos ante un tumor en el que es fundamental diagnosticar pronto, tanto en términos de supervivencia, como en la morbilidad para la paciente y los costes para el sistema sanitario. En este sentido, el laboratorio tiene mucho que aportar”, señala el Dr. Antonio Barco, miembro de la Comisión de Marcadores Biológicos del Cáncer de la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML).

Por ello, en el marco de las Jornadas del Comité Científico de la SEQCML, que se celebran en formato virtual del 1 al 5 de marzo, se aborda el papel del laboratorio en el cáncer de ovario: prevención, diagnóstico, pronóstico, tratamiento y seguimiento.

“Hoy en día, el laboratorio ha dado un paso adelante muy importante y no solo desarrollamos algoritmos que contextualizan el uso clínico de los marcadores tumorales, sino que los combinamos incluso con las técnicas de imagen y datos clínicos de las pacientes hasta el punto de mejorar significativamente la sensibilidad, especificidad y valores predictivos, pudiendo realizar diagnósticos más tempranos, permitiendo además optimizar el uso de los recursos del sistema sanitario, en pruebas diagnósticas secundarias o derivación de las pacientes a quirófano de alta o baja resolución según proceda”, subraya al respecto el Dr. Barco, moderador de la mesa.

En este sentido señala que actualmente el laboratorio está elaborando informes interpretativos cada vez más exactos, participando activamente en los comités clínicos de los hospitales y apunta que “también debe participar en la elaboración de los protocolos asistenciales de los diferentes tumores”.

Avances en el diagnóstico

La Comisión de Marcadores Biológicos del Cáncer de la SEQCML actualmente está siguiendo varias líneas de investigación, iniciadas por el Dr. Rafael Molina en el campo del diagnóstico. En concreto, se ha finalizado un estudio multicéntrico en 10 hospitales españoles para la validación de un algoritmo diagnóstico de cáncer de pulmón que será publicado próximamente y se está trabajando de la misma manera para la validación de un modelo para el diagnóstico del cáncer de ovario, con el que se están obteniendo unos resultados muy buenos, llegando en muchos casos a detectar los tumores en estadio I, incluso tumores borderline (tumores de bajo potencial de malignidad). “Además, somos capaces de evitar muchos falsos positivos que se producen al usar otros algoritmos que utilizan las técnicas de imagen, con lo que podemos evitar laparotomías innecesarias, disminuyendo la morbilidad para las pacientes y mejorando la eficiencia de los recursos sanitarios”, señala el Dr. Barco.

Asimismo, varios miembros de la Comisión de Marcadores Biológicos del Cáncer de la SEQCML, han desarrollado una herramienta para poner a disposición de los diferentes laboratorios estos algoritmos, de forma que se facilite la homogeneización de los resultados, la validación de los modelos en estudios multicéntricos y su mejora continua.

Manejo adecuado de los marcadores tumorales

Según explica, el manejo adecuado de los niveles de los diferentes marcadores tumorales, teniendo en cuenta los coeficientes de variación, etc., permite detectar las recidivas tumorales de 1-15 meses antes que las pruebas de imagen (con una mediana de 3-4 meses). Además, la valoración de los niveles de estos marcadores en diferentes momentos del tratamiento facilita detectar a las pacientes con una peor respuesta terapéutica, lo que posibilita realizar modificaciones terapéuticas más tempranas, ahorrando tiempo, recursos y disminuyendo la morbilidad.

En todo este proceso, el profesional del laboratorio clínico juega un papel fundamental. “El laboratorio se encuentra en un momento en el que está en disposición de dar un paso adelante para aumentar el valor añadido que puede aportar en el manejo de la patología oncológica”, apunta el Dr. Barco. Por ello, desde la Comisión de Marcadores Biológicos del Cáncer de la SEQCML se está colaborando con otras sociedades médicas como la SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica) para participar en la elaboración de las guías clínicas de diferentes tumores.

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